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Cocina Terapéutica: cuando la ciencia, la naturaleza y la intención se encuentran en el plato

Es un placer volver a encontrarnos en este espacio del Café Virtual AMESVIDA, un encuentro que nos invita al diÔlogo significativo alrededor de los pilares de la medicina del estilo de vida. Hoy nos sentimos profundamente agradecidos por tener como invitada a una mujer admirable: Silvia Luz Jiménez, química farmacéutica, experta en plantas medicinales, docente, investigadora, y pionera de la Cocina Terapéutica en Colombia, desde el Programa de Ciencias Culinarias de la Universidad de Antioquia.


AdemÔs de ser una gran amiga y compañera de camino para muchos de nosotros, Silvia nos comparte su valioso conocimiento sobre cómo la cocina puede convertirse en un verdadero acto terapéutico, mÔs allÔ de lo nutricional. ¿Cómo se unen la ciencia, las plantas y la cocina? Esta conversación nos lo revela.


El encuentro con las plantas medicinales

Silvia nos cuenta que fue en su formación como quĆ­mica farmacĆ©utica donde se enamoró del mundo silencioso de las plantas. ā€œLas plantas son fĆ”bricas de metabolitos secundarios con actividad farmacológicaā€, explica. Estos compuestos, lejos de ser anecdóticos, han sido validados cientĆ­ficamente por sus efectos terapĆ©uticos.


ā€œMe cautivó ese callado mundo quĆ­micoā€, nos dice. AsĆ­ nació su vocación por hacer visible este conocimiento ancestral, ponerlo al servicio de la salud, y traducirlo en prĆ”cticas cotidianas a travĆ©s de la cocina terapĆ©utica.


¿Qué es Cocina Terapéutica?

AquĆ­ viene la gran diferencia: una cocina saludable se basa en ingredientes ricos en nutrientes esenciales —carbohidratos, proteĆ­nas, lĆ­pidos— los llamados metabolitos primarios. La cocina terapĆ©utica, en cambio, se fundamenta en plantas medicinalesĀ y en tĆ©cnicas especĆ­ficas para extraer y preservar sus principios activos: los metabolitos secundarios, como alcaloides, flavonoides, aceites esenciales, terpenos, entre otros.

Silvia es contundente: ā€œSi no se hace una adecuada extracción, se pierde el potencial terapĆ©uticoā€. Por eso, este tipo de cocina exige conocimiento tĆ©cnico y propósito claro. No se trata solo de usar plantas, sino de utilizarlas correctamenteĀ y con una intención terapĆ©utica consciente.


Ciencia, técnica y emoción

ā€œCocinar con intención cambia el resultadoā€, nos recuerda Silvia. Aunque el impacto emocional de cocinar con amor puede ser difĆ­cil de medir, cuando se cocina con una intención terapĆ©utica clara, se define un objetivo: aliviar, prevenir, cuidar.


AdemƔs, la tƩcnica sƭ importa. Por ejemplo, en el caso del ajo, si se agrega directamente al agua hirviendo o al arroz sin sofreƭrlo, se pierden sus aceites esenciales activos. En cambio, al sofreƭrlo suavemente en aceite antes de incorporarlo, se activan sus beneficios: es antihipertensivo, antisƩptico y ayuda a reducir el colesterol. Lo mismo ocurre con las tisanas: si no se tapan tras verter el agua caliente, los aceites esenciales volƔtiles se evaporan, perdiendo el efecto terapƩutico.


Seguridad y precauciones: No todo lo natural es inocuo

Un punto clave de esta conversación fue el tema de la seguridad en el uso de plantas medicinales. ā€œNada es veneno, todo es veneno, todo depende de la dosisā€, citó Silvia, recordando a Teofrasto. Las plantas medicinales sĆ­ tienen efectos secundariosĀ y pueden interactuar peligrosamente con medicamentos, especialmente en pacientes con polifarmacia.


ā€œEl ajo, por ejemplo, no debe consumirse junto con anticoagulantesā€, explicó, ya que puede potenciar su efecto. Por eso, el acompaƱamiento del mĆ©dico y el conocimiento del farmacĆ©utico son esenciales.


Silvia hace un llamado a que este saber forme parte del currículo médico y de salud pública, como ya ocurre en países europeos. Y recuerda que hay mÔs de 160 plantas aprobadas en Colombia con evidencia clínica, que podrían integrarse en la atención primaria en salud.


Plantas favoritas y casos ejemplares

Entre las plantas que recomienda, Silvia destaca:

  • Ajo: Hipocolesterolemiante, antihipertensivo, antisĆ©ptico. Úsalo siempre en sofrito.

  • CalĆ©ndula: Cicatrizante, regeneradora, ideal para piel y mucosas. Llamada ā€œla maravillaā€ desde la Roma antigua.

  • Aloe vera (penca sĆ”bila): Su gel es regenerador epitelial, usado incluso en contextos hospitalarios para quemaduras.

  • Tisanas bien preparadas: Cuando se tapan durante la infusión, conservan sus aceites esenciales y propiedades digestivas, antiespasmódicas, relajantes o respiratorias.


Una semilla para sanar: retomar el conocimiento ancestral

Uno de los mensajes mÔs potentes que deja esta conversación es la urgencia de rescatar el conocimiento popular y ancestral sobre las plantas, antes de que se pierda. Silvia nos invita a que la cocina terapéutica sea solo el comienzo, una semilla que prospere en un terreno abonado de curiosidad, respeto por la naturaleza y ciencia aplicada.


Ya existen diplomados, cursos y recursos como el libro Cocina TerapƩutica, que buscan precisamente democratizar este conocimiento y devolverle su lugar a las plantas en la mesa y en la vida.


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En un mundo que busca reconectar con lo natural, lo sostenible y lo saludable, la cocina terapéutica nos recuerda que cuidarnos también es cocinar con intención, conocimiento y respeto por las plantas.


Gracias a Silvia Luz JimƩnez por recordarnos que la salud tambiƩn puede empezar en la cocina, cuando sabemos lo que estamos haciendo y por quƩ lo hacemos.


¿Te interesa este enfoque?Descarga el libro Cocina Terapéutica y atrévete a transformar tu cocina en tu primer consultorio terapéutico.

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